Ya hemos estado en Sucre por seis semanas. Pasaron cinco semanas desde mi accidente. Parados. Atascados. Exactamente lo contrario de visitar lugares de interés, de emoción, de aventura, de un viaje por el mundo. Pero esto nos da la oportunidad única de ver la vida cotidiana de nuestras profesoras Tatiana y Jhanet. Les conoceremos de una manera que nunca antes ha sido posible en nuestro viaje. Estábamos demasiado corto tiempo en los lugares en Irán o en Argentina. Aquí podemos ver la vida real boliviana.
Ambas mujeres son profesionales de la enseñanza de idiomas. Y ambas viven al borde. Tatiana es soltera y mantiene a su hija y a su madre con su salario. Jhanet tiene un taxista como esposo y dos hijos. Su salario de las clases de español es como el de Tatiana, que es la fuente de ingresos constante de la familia. Así que todo depende de si los turistas vienen a Sucre y quieren aprender español o no. La competencia es fuerte, los precios son similares en otras escuelas. Así que no funciona aumentar el costo de las clases. Especialmente porque nuestra escuela es una organización sin ánimo de lucro, que apoya a proyectos para niños o ancianos con una parte de las ganancias.
Algunos turistas ven las clases de español como una oportunidad para conocer a otras personas y a la cultura, otros las ven como una forma de llenar vacíos del viaje, otros no saben qué más hacer con su tiempo, algunos quieren preparar su internado, otros sólo quieren conocer a las latinas y más… Y así los turistas piden una semana de clases o a veces seis meses. Con los deseos más divertidos. Y no importa quién venga, como Tatiana y Jhanet, tienes que ser con los turistas flexible, sensible y convincente para que mejoren su nivel de español en esta misma escuela. En las últimas semanas habían momentos en que Matthias y yo éramos los únicos estudiantes. Entonces siempre se esperaba y se rezaba para que vinieran más turistas. La famosa guía Lonely Planet no contiene esta escuela. Así que los viajeros tienen que encontrarla por recomendaciones por internet o de boca en boca.
Los viernes son el día de pago en la escuela. El viernes es un buen día, como ha dicho Jhanet a Matthias, porque recibimos propina de ustedes. Con el extra Jhanet una vez estuvo en el mercado comprando yogurt y muesli. Los dos son productos muy caros y de lujo aquí en Bolivia. Tatiana compró crema importada (así de costosa) con su propina para el dolor nocturno de su madre.
Las dos maestras viven al limite. Nunca hay demasiado dinero, al contrario, nunca es suficiente. Y siempre hay que pensar en lo que sigue y en lo que hay que comprar con más urgencia. Con nosotros como únicos alumnos, las profesoras de nuestra escuela ganan 300 bolivianos a la semana (aprox. 35 euros). Con ese salario, nadie puede comprar una casa por aquí. Los precios de los inmuebles son sólo un poco menores que en Alemania. Así que se alquila un apartamento por unos 100 € o 150 € al mes.
Aparte de la vivienda, la segunda cosa más cara en Bolivia es la atención de la salud. Quien se enferma necesita mucha plata y puede endeudar a toda la familia. Sólo las personas que se encuentran en puestos públicos tienen seguro de salud en Bolivia. Todos los demás pagan en efectivo. Una visita al médico cuesta por término medio entre 12 y 25 euros sin laboratorio o ultrasonido. Sólo la consulta. Si el médico requiere más exámenes y luego otra consulta para hablar de los resultados, todo se vuelve impagable. Jhanet me presenta a su hijo con amigdalitis. Quiere una segunda opinión porque el pediatra recomendó extirpar las amígdalas. Afortunadamente, puedo ayudarla aquí de forma gratuita. No hay necesidad de cirugía. Ella está aliviada, no sólo por el riesgo quirúrgico. También por el costo.
Si alguien se enferma en Bolivia, se toman préstamos de amigos para pagarle al médico. Un taxista nos cuenta que tuvo que prestar 14.000 bolivianos (1.750 €) para su suegra, que necesitaba un marcapasos. La madre de Tatiana sólo ve nebulosa en un ojo y casi no oye nada en la otra oreja. No quiere ver a un médico porque no les confía. Pero tampoco tienen dinero para pagar la terapia.
Y el dinero no alcanza no sólo para la medicina: de hecho Tatiana necesita gafas porque es miope. Su teléfono móvil, con el que también escribe mensajes con los estudiantes, es tan viejo que la batería está hinchada y probablemente explotará pronto. No tienen una computadora en casa, pero sí tienen un televisor antiguo donde pueden cambiar de canal con el dedo en el botón roto. Tatiana comparte la habitación con su madre y su hija mayor. Y comparte la cama con su hija y sus tres perros.
¿Viajar? ¿Vacaciones? Son palabras extrañas para Tatiana y Jhanet. Como un rico “gringo”, como se llama a uno como turista aquí, uno se siente mal. “¿Trabajo? No, no desde hace menos de un año…” Subsidio de desempleo, de vacaciones, de enfermedad, Tatiana se ríe de eso. No existía tal cosa en Bolivia y no existe tampoco. Aquí es donde hay que sobrevivir. Tienes que ser creativo y ayudarte a ti mismo. Los bancos no le dan préstamos sin ciertas reservas. Ni Tatiana ni Jhanet tienen una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito. Pero como en Asia, también hay microcréditos aquí en Bolivia. Un grupo toma conjuntamente un préstamo y si alguien no lo paga, presionan personalmente a este miembro. Pero se repite de nuevo que nadie puede enfermarse….
Un día Tatiana tiene que posponer la clase. Tiene que ir al instituto de crédito. Un miembro tiene cáncer y ya no puede pagar. Quieren preguntar si el grupo puede pagar de una sola vez lo que sobra. Afortunadamente, ya no falta mucho. Otra vez Tatiana tiene que posponer sus clases porque la cédula de identidad de su madre ha sido falsificada. Como su madre ya casi ni ve ni oye nada, Tatiana tiene que ocuparse de estos asuntos administrativos con ella. Se expide un nuevo documento de identidad, pero sin título profesional. No hay prueba de la profesión de la madre en la Oficina, porque la autoridad se ha trasladado y la prueba ya no se puede encontrar. Pero la madre tampoco tiene ningún documento, porque la casa en la que vivían se ha colapsado. Para la madre es terrible haber trabajado como enfermera de parto durante décadas y ahora oficialmente ya no tiene una profesión como jubilada. Una aclaración no aparece ahora.
Cada día que nos encontramos, tengo la sensación, justo antes de nuestra clase, de que algo que agrava la situación financiera pasó. Aún así, nos reímos en clase. De hecho nos reímos mucho con Tatiana y Jhanet. Aunque a veces es muy grave. Nuestros mundos no podrían ser más diferentes. Después de las clases, Jhanet se va a casa para cuidar a sus dos hijos. Tatiana vuelve a la escuela y enseña inglés. Especialmente para jóvenes con poco o ningún ingreso.
Matthias cocina y juntos preparamos “Eierschecke” para nuestras profesoras, les damos propinas regularmente, apoyamos a Tatiana en sus clases de inglés, les invitamos a tomar té y fruta en clase y les damos películas, cursos de inglés y chino, libros de inglés y tarjetas SD. Le enseño a Tatiana cómo skypear para que pueda ofrecer clases por Skype y ganar dinero en un tiempo de pocos turistas. Y le regalamos una batería nueva para su teléfono para que no explote. Tatiana siempre nos trae cosas nuevas y sabrosas que aún no sabemos. Y me visita todos los días en nuestro AirBnb para que yo no tenga que cojear a la escuela con mis muletas. El ultimo día en Sucre, Tatiana nos lleva a un tour por la ciudad. El tour especial de Tatiana. En un camino que ya recorriamos tres veces, pero hoy vemos por primera vez huesos entre los adoquines. También la tienda de la madre de Tatiana no puede faltar en la lista de visitas. Matthias y yo estamos vestidos con trajes bolivianos y enriquecidos con muchos regalos con alegría por toda la familia.
Creo que la única razón por la que Tatiana ni se ha vuelto loca ni se ha rendido todavía es su familia: su hija y su madre. Ella cree en Dios, pero no es católica, como lo ha enfatizado varias veces. Su fuerza proviene de ayudar a los demás: en sus clases de inglés para jóvenes adultos o en los proyectos de la escuela. O en la pequeña ayuda para personas con un tobillo roto o para personas sin tener una vivienda.
Tal vez quedarse y estar atascado a veces no es malo. No hicimos paracaidismo ni buceamos y no estuvimos en montañas de 5.000 metros de altura. Pero podíamos conocer a mujeres fuertes que se hacían independientes y tomaban préstamos para mantener a sus familias. Mujeres que viven cada día financieramente al límite y se imponen en un mundo machista. Para esto valió la pena quedarse más tiempo.
Maria Graciana Salvati
October 7, 2018 — 10:49 pm
Hola chicos!
Recién leo lo del accidente, se me pasó el posteo anterior- yeah, shit happens!
Pero lo están tomando bien, a pesar de las dificultades.
Acá Marcelo y yo muy bien.
Les mandamos un abrazo y ojalá que la terapia termine pronto y puedan seguir recorriendo, conociendo, aprendiendo y compartiendo vivencias y las maravillosas fotos!
Besos sudacas!
Marcelo y Graciana.
Conny
October 30, 2018 — 4:03 pm
Muchísimas gracias por los deseos. Nos alegra que estén bien!
Ya no tengo ni fedula ni muletas! 🙂
Yeah.
Un abrazo grande 🐘 de nosotros hacia Argentina