Estamos en el avión a Leticia. La ciudad está ubicada en el área de los tres estados Colombia/Brasil/Perú en el corazón del Amazonas, donde no hay ninguna carretera. Cuando las nubes desaparecen un poco y comenzamos a aterrizar, se puede ver por primera vez el paisaje. Y lo que vemos allí es simplemente inexpresable, y se necesita un momento para comprenderlo. Es como estar en una nave espacial que quiere aterrizar en otro planeta y traspasar las nubes densas. La selva se extiende hasta el horizonte, infinitamente lejos en todas las direcciones debajo de nosotros. El planeta Tierra debe haber parecido así en muchos lugares antes, virgen y salvaje. En la lejanía vemos un gran río que recorre la gran llanura – el Amazonas. Trato de imaginarme el número increíble de especies de plantas y animales que se pueden encontrar allí abajo. Por ejemplo, debe haber gusanos.
Por lo menos están en nuestros platos más tarde en un restaurante. Del tamaño de un pulgar, asado a la parrilla, servido con vegetales y puré de papas. Ambos necesitamos un poco de tiempo y tenemos que hacer un esfuerzo para probar. El sabor es bastante ausente y la consistencia algo extraña. Los gusanos ciertamente no serán mi alimento favorito, pero si no existiera nada más, los comería de nuevo. El jugo de las frutas amazónicas, por otro lado, sabe muy bien, pero no me acuerdo de los nombres de las frutas.
Después de este comienzo esperamos con ansias nuestro tour por la selva. Los tres días y dos noches que elegimos son cómodos, pero un poco cortos para experimentar realmente toda la variedad. Lleno de esperanza subimos a nuestro bote, y no tenemos que andar mucho, el primer delfín ya aparece. Más tarde habrán muchos más. Son de color rosa y gris. Y tienen en común que son difíciles de fotografiar. Aparecen en un lugar para respirar y desaparecen un segundo después. Demasiado corto para apuntar con la cámara. Un momento después reaparecen, pero por supuesto en un lugar completamente diferente. El hecho de que haya tantos delfines significa que también debe haber muchos peces. Todos los días tenemos una selección en nuestros platos, en una noche nuestras pirañas pescadas por nosotros mismos. Las pequeñas bestias no son tan fáciles de atrapar. Por lo general, roen la carne del gancho sin picar bien. Al final, Conny y yo atrapamos cada uno una piraña y estamos muy felices. Es igualmente emocionante ir a nadar aquí. Especialmente porque ya hemos visto los ojos brillantes de los caimanes en la noche y hay muchas otras historias sobre lo que nada en el Amazonas y en sus afluentes.
Somos un poco decepcionados cuando visitamos un santuario para monos. Primero el dueño nos explica que compra monos que son mantenidos por los humanos como mascotas. El los mima y alimenta y cuida en libertad. Pero cuando otros turistas vienen y alimentan a los monos con patatas fritas, refrescos e incluso cerveza, se nos quita las ganas. Un mono debe vomitar espontáneamente. Tan graciosos como son los monos, mejor nos vamos. En Indonesia hemos visto que hay otra forma de hacerlo. Más tarde vemos diferentes especies de monos en su hábitat natural, en las cimas de los árboles, ágiles y tímidos. Así esperabamos que el mundo animal no se deje ver el pelo. Excepto los mosquitos, hay millones de ellos. 🙂 Por ellos me alegro de que sólo fueran tres días, sin mosquitos me hubiera gustado ver más.
Unos días después seguimos nuestro viaje en el Amazonas. Nuestro barco a Manaus brasileña navega lentamente hasta su destino. Unos tres dias largos dura el viaje. Se comparte con los residentes dos cubiertas de barco en las que se puede poner hamacas para dormir. Elegimos la cubierta superior que es menos llena. Todos los días se come arroz con frijoles y pescado o pollo. Durante tres días el paisaje pasa monótonamente: un río largo y ancho, una selva verde en la orilla y de vez en cuando un pueblo de pescadores donde paramos. Un día veo un delfín rosado. Por lo demás, sólo las puestas del sol y los controles de drogas de los militares brasileños son emocionantes. Es la deceleración total o la experiencia total del increíble y enorme tamaño del Amazonas. Espero que esta región se proteja durante mucho tiempo…