Probablemente Argentina es el país más europeo de América Latina. Nosotros nos sentimos un poco como en casa en Buenos Aires. Sin embargo, como viajero del Occidente hay que acostumbrarse a algunas cosas diferentes en este país. Comienza con cosas muy banales, como en el baño. En la mayoría de los hospedajes, especialmente en los alojamientos privados de Airbnb, no había la posibilidad de cerrar la puerta de los baños. Cuando la puerta está cerrada, ¿el baño está libre o no? Cuando preguntamos si había un código o un sistema para saber si alguien estaba en el baño o no, la repuesta era un encogimiento de hombros. Los argentinos no parecen tan avergonzados. Pero el olor de la casa los hace un poco más sensibles. En casi todas nuestras habitaciones había inciensos en aceite aromático, que teníran un olor penetrante para nosotros.

Sin embargo, los alojamientos privados eran nuestros favoritos. De esta manera entrábamos en contacto directo con los locales y conocimos la vida normal, la cultura y la política argentina. Los hoteles eran demasiado caros para nosotros, así que teníamos que renunciar a algún confort en los Airbnbs. En lugar de camas dobles había frecuentemente una cama extensible, donde uno duerme encima y el otro más cerca del suelo. Normalmente, no había calefacción tampoco. Acuérdate, es invierno en Argentina, y por la noche puede hacer mucho frío. Por suerte teníamos nuestros sacos de dormir y no teníamos frío. Con un poco de suerte, había una calefacción de gas o eléctrica. Si no, se calentaban la cocina con la estufa de gas. Eso era una locura para nosotros, porque eso no es eficiente ni barato. La electricidad tampoco es barata en Argentina. Pero apagar las luces y la televisión cuando sales de la habitación, como lo aprendimos en casa? En Argentina no.

El tema del dinero en Argentina también es muy diferente a otros países. Es uno de los países del mundo en donde hay que pagar tasas elevadas en los cajeros automáticos como extranjero. No es un porcentaje sino una cantidad fija de aproximadamente 10 euros por retiro. Esta tarifa es diferente para cada banco. Además, la tasa cambia de un día para otro y de una sucursal a otra. Y no hay información en el Internet. Así que si quieres ahorrar dinero, tienes que probar y comparar. Hay otras formas de conseguir plata, pero la más barata es cambiar euros o dólares en efectivo. Lo que fue una pequeña molestia para nosotros es un gran problema para los argentinos. Los bancos son lentos, demandan gran cuotas de gestión de cuentas y los créditos para los argentinos son increíblemente caros. En las ciudades hay largas filas en los cajeros automáticos y en las tiendas de “pago fácil”. En estas tiendas puedes pagar facturas y hacer transferencias bancarias mucho más rápido que en un banco.

A la gente generalmente le gusta hacer fila en Argentina. 🙂 No sólo en los bancos, sino también para recargar la tarjeta para el transporte urbano. Pues, en algunas ciudades sólo hay unas pocas tiendas donde se puede hacer esto. Afortunadamente, los tiempos de espera son generalmente cortos. Notable es que existe un sistema de boletos electrónicos en las principales ciudades argentinas. A diferencia de Alemania, en Argentina ya no hay billetes de papel. Con la excepción de los autobuses de larga distancia: se tiene que imprimir el pasaje comprado por el Internet. Esto ya ha llevado a algunos viajeros a la desesperación. Por lo tanto, no es posible reservar en el último minuto. Y como turista hay que buscar por un rato hasta que se encuentre una tienda que pueda imprimir el boleto. Si tienes buena suerte, hay una tienda de fotocopias en la terminal. Sólo tiene que estar abierto a la hora de salida.

Los horarios de atención son otro punto al que se tiene que acostumbrar. Esto no es sólo aplicable a los restaurantes que ya hemos mencionado, sino también a todos los otros negocios aparte de los supermercados. Por ejemplo, si deseas reservar un tour o alquilar un auto, puedes hacerlo por la mañana o por la noche. Por la tarde todo está cerrado. Si hace mucho calor, esta siesta está definitivamente justificada. Por la tarde, en el invierno argentino, hace un calor muy agradable, ideal para hacer compras. Pero tienes que salir al frío por la noche.

Este ritmo del día también se refleja en los hábitos de comer. No hay casi nada para desayunar. ¡No me extraña! Si no cenan hasta las 9 o hasta las 10 de la noche. El café o el té se toman a las 6 o 7 de la tarde, lo que va bien con las temperaturas afuera. Cuando hace frío, te calientas así. La carne de res se sirve en diferentes maneras frecuentemente para el almuerzo y la cena: Milanesa (schnitzel), Matambre (roast beef) y los bistecs que ya he elogiado se pueden encontrar en casi todos los menús. Parece imposible que los argentinos pudieran abandonar este inmenso consumo de carne, por cualquier motivo noble. Hay tantos cantidades de carne en Argentina que quizás haya por eso enormes perros en la calle. Teníamos la impresión de que no siempre los perros se buscan el alimento ellos mismos, sino que tal vez son dados de comer con los restos de la comida.

¿Nos gustó la Argentina? Sí. Argentina es un país muy musical. Hay mucho baile: no sólo el famoso Tango argentino, sino también el folklore. Lo disfrutamos. Y la gente fue quizás la mejor del país para nosotros. Como en Irán, tuvimos mucho contacto con los argentinos, vimos sus problemas y los entendimos un poco mejor que antes. Son bastante similares a los europeos. Los argentinos no sólo nos llevaron en su auto o nos invitaron a sus fiestas, sino que nos ayudaron a encontrar una cita rápida con un dentista competente y un laboratorio microbiológico para Conny. Los argentinos hospitalarios, cordiales y reservados, que nos ayudaban cuando necesitábamos ayuda. Este sigue siendo el mejor recuerdo.

Y ahora, como siempre, dejamos hablar a los argentinos:

“Si quieres encontrar trabajo en Argentina, lo encontrarás. El último gobierno mimó demasiado a la gente”. Taxista en Buenos Aires

“Nadie trabaja aquí gratis.” Daniel de Salta

“Este país tiene atractivos para cada persona. Paisaje, cultura, costumbres, hay algo para todos.” Alberto de Jujuy

“La corrupción es el principal problema del país. No permite el desarrollo.” Ricardo de Santa Fe

“Este país va de mal en peor. Desde que Macri llegó al poder, mucha gente empeoró”. Macarena de Córdoba

“Argentina es tan rica. Pero los políticos deben manejar mejor el país. Hasta ahora, la población no se ha beneficiado de la riqueza.” Ana de Salta

Nos despedimos con una cantante muy conocida que hemos escuchado varias veces en nuestro camino por Argentina.